Mateo Salazar Jaramillo
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El invitado en esta ocasión es Mateo Salazar, quien tiene línea genética de grandes poetas calarqueños. Al amor a la palabra, le combina la búsqueda por la humanización de los servicios en salud. Llama profundamente su atención el conocimiento relacionado con la muerte, sus causas y sus fenómenos.
¿Quién es usted?
Soy sicólogo y artista con experiencia en procesos clínicos e intervención sicosocial a población en condiciones vulnerables, a través de la contención y orientación emocional.
¿Dónde vio la luz de este mundo?
Nací en Medellín, Antioquia, pero rápidamente fui desplazado con mi madre Sonia, a quien le debo todo, por la violencia de comienzos de los noventa hacia una zona segura como lo es Calarcá, donde crecí rodeado de amor, animales y naturaleza.
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¿Es usted descendiente de poetas?
Sí. Baudilio Montoya es el padre de mi abuela Sonia Montoya y Carmelina Soto es prima de Julia Soto, mi bisabuela y la esposa de Baudilio.
¿Recuerda algunos hechos decisivos en la infancia y juventud?
Desde niño le ayudé a mi abuela Sonia Montoya, pionera del turismo en la finca hotel El Gran Chaparral, vereda La Bella de Calarcá, detrás del parque monumento al poeta quindiano Baudilio Montoya como testimonio de su obra literaria. Desde allí, me alimentó la sazón de la deliciosa gastronomía colombiana y el amor por estar presente siempre para los otros con una sonrisa y un café. Viví junto a mi abuela una toma guerrillera en noviembre de 1996, cuando tenía 5 años, protegiéndonos bajo la cama del intercambio de balas y las explosiones de bombas.
¿Cuál es su perfil profesional?
Desde el arte, he participado en festivales nacionales e internacionales, trabajando como escritor, narrador oral, actor y declamador de poesía; analizando y fomentando procesos de cultura en diferentes regiones de Colombia y de otros países. Me complementan conocimientos de diplomados en humanización de los servicios en salud, gestión cultural y tanatología.
¿Cuál es su esencia?
Mi esencia es luz, es energía, chispa, espíritu. Tengo dentro de mis intereses temas profundos sobre la existencia, el quiénes somos, por qué estamos aquí, para qué estamos aquí, de dónde venimos, para dónde vamos.
¿Qué implicaciones tiene esto en su existencia y en lo que hace?
Primero, me facilita mucho el amarme a mí mismo y a mi herencia genética, a la que le tengo gran respeto, admiración, gratitud y amor incondicional, que son valores esenciales para tener presentes en la vida junto con el perdón. También influyó mucho en mi destino porque me encontré con la poesía gracias al cariño que le tengo a mi familia. Me encontré viviendo con la soledad mientras estudiaba sicología en Cali y me refugié en el calor de las palabras rítmicas y perfectas, que tenía en un pequeño libro del bisabuelo y al querer resucitar su voz con mi propia garganta, me encontré con la declamación que trae a mi vida una dicha divina.
¿Cómo engranan sicología y arte?
En sicología no hablamos de una 'cura' como tal ante unos síntomas, sino más bien de un tratamiento que con ayuda de actividades artísticas permiten sublimar, es decir transformar impulsos instintivos en actividades que sean aceptadas y valoradas moral y socialmente. Al encontrar una aceptación por vía vicaria nos facilita conectarnos con el amor propio y la empatía que siempre serán terapéuticas desde la perspectiva humanista.
¿En qué actividad se siente pleno?
Declamando poesía, haciendo comedia y narrando cuentos me siento viviendo un sueño, me siento realizado, partícipe de la majestuosa obra de arte que es la vida. Con la sicología siento gran satisfacción de dedicarme a las personas, sobre todo con mis conocimientos en tanatología. Las mejores y más gratificantes experiencias han sido en la unidad de cuidados intensivos del hospital San Juan de Dios con su programa Vínculo II, que atendía la triada: paciente, funcionario y familiar, con conocimientos de humanización y contención emocional, pero sobre todo las técnicas de la calidad de la atención al final de la vida generaban los sentimientos más sinceros de gratitud, perdón y amor en las personas.
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